Beber una taza de té puede ser una experiencia filosófica
- Alain de Botton explora el sentido espiritual de esta ceremonia japonesa
La ceremonia del té, una de las actividades culturales más emblemáticas de Japón, está rodeada de mística filosófica. Pero... ¿Por qué algo, aparentemente ordinario, inspira tanta reverencia en el país nipón?
Al escritor y filósofo popular, Alain de Botton, le han fascinado tanto este tipo de preguntas que incluso se ha lanzado a analizar el por qué beber una taza de té puede ser una experiencia filosófica.
Pero para comprender su teoría, primero hay que entender la vida de Sen-no-Rikyu, el zen budista que promovió esta bebida para una vida sabia y calmada, fundador también de la estética japonesa wabi sabi.
Sen-no-Rikyu, el maestro del té
Se fascinó con el Budismo Zen, se convirtió en aprendiz de maestros y se acostumbró a pasear por el campo con pocas posesiones.
Fundada por religiosos viajeros, esta práctica religiosa mantiene que el sentido espiritual no se sitúa ni en pensamientos complejos ni en grandes acciones, sino en la realización de acciones sencillas con consideración y sensibilidad. Rikyu eligió concentrarse en beber tazas de té.
Una infusión catártica
Este zen budista argumentó que una casa de té debía tener sólo dos metros cuadrados, estar recluida en jardines apartados y provista de una puerta muy pequeña, con la finalidad de que todos los que entraran, hasta los poderosos, se inclinarían y se sintieran iguales a los otros.
Una ceremonia exitosa – de aproximadamente cuatro horas de duración y 15 pasos – debía suscitar las emociones de tranquilidad, pureza y respeto, los frutos de compartir con otros un espacio confinado, liberado de las ansiedades del mundo.
El “wabi - sabi” o el sentido de la no permanencia
Frecuentemente se describe como un concepto que se refiere a la capacidad de ver la belleza en la imperfección, o bien, una comprensión del mundo basada en la fugacidad y la no permanencia.
La filosofía del wabi sabi no sólo se expresa en la ceremonia del té, sino en la poesía, el arte visual e incluso en la mentalidad japonesa, según Leonard Koren (no Leonard Cohen), autor del libro Wabi-sabi: para artistas, diseñadores, poetas y filósofos (Renart).
La ceremonia: Una pausa de este mundo
Botton afirma que el extremo lógico de tales concepciones es que todos somos responsables de nuestros propios destinos (no importa la suerte o la lotería del nacimiento), incluido el fracaso, lo que genera mucha ansiedad.
La ceremonia del té, sin embargo, ofrece una pausa de este mundo, un momento para la humildad, la naturaleza y la reflexión serena, un momento en que se puede recordar que todo es transitorio. Es decir, beber té puede significar mucho más que beber té.
Define el ritual como la invitación de la sociedad a reunirse con los otros, muchas veces ante un evento de naturaleza simbólica o psicológica, para facilitar una transición a una etapa nueva en el desarrollo personal, para reconectar con una idea importante, o para recordar la paz interior. Lo que distingue a las sociedades modernas, es que estos rituales se han remplazado con la consagración de la vida privada y la vida laboral.
Para Botton, la lección principal de Sen no Rikyu “no es tanto que deberíamos participar en ceremonias del té cada día, sino hacer más tangibles algunos aspectos espirituales de nuestras vidas cotidianas”.
Es decir que el objeto de esta filosofía, no es solamente el crear ideas, sino el pensar en los mecanismos por los que esas ideas se puedan colar de forma visceral en nuestras mentes.
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